Crisis y muerte de la filosofía
¿Por qué? Es una pregunta que cada vez nos planteamos menos. La dinámica de la sociedad capitalista exige resultados de balance económico positivo sin importar las consecuencias. En este contexto, las Humanidades han sido las grandes perdedoras. La Historia no interesa porque no vende, interesa los grandes best-sellers y los grandes relatos nacionales. Tampoco interesa la Historia del Arte o la Filología Hispánica, ya que el biligüismo en el ámbito escolar es lo que se lleva, eso si, siempre aplicado en materias de Humanidades. Y de todas ellas, la gran perdedora es la Filosofía.
Edvard Munch, El grito, 1893, Galería Nacional de Oslo.
En Historia, la Filosofía me parece fundamental. Cuando te planteas un problema, buscas información, buscas fuentes primarias, testimonios, publicaciones. También revisas las fuentes secundarias sobre el tema, trabajos de investigación, libros y otras publicaciones. Todo ello para plantearte una hipótesis. Después esa hipótesis se va modificando, se va interpretando hasta que construyes tu teoría final. Un proceso bastante mecánico en el caso de no contar con la Filosofía. La Filosofía te obliga a dar un pasito atrás y repensar el proceso de investigación, plantear si las fuentes han sido las adecuadas o si la interpretación ha sido adecuada. Sin este apartado, una investigación rara vez puede ser eficaz. Esto en la Historia de la Física o de la Medicina, está más que claro. Pero no solo eso, podemos aplicarlo a nuestra vida cotidiana, a la hora de ir a comprar o preparar la comida, a la hora de hacer las tareas del hogar. Nos debemos plantear continuamente si lo que hacemos lo hacemos bien, si aprovechamos bien el tiempo, si comprando la leche y el pan al mismo tiempo no estamos ahorrando un tiempo necesario para otra cosa.
Jacques-Louis David, La muerte de Marat, 1793, Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Bruselas.
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