¿Cómo se hace un comentario de texto?

¿Cómo se hace un comentario de texto? Esta es una pregunta que todos nos hemos planteado a lo largo de nuestra vida estudiantil, ya sea en Educación Secundaria y Bachillerato o bien en la Educación superior. Sin duda, la respuesta no es sencilla y el resultado va a depender de las preguntas que tengamos o queramos realizar al texto. Por lo que no va a ser lo mismo si hacemos un comentario de texto desde un punto de vista histórico o desde una perspectiva lingüística, por ejemplo, ya que los aspectos en los que nos vamos a centrar no van a ser los mismos. De cualquier manera, considero poco útil los clásicos esquemas que nos podemos encontrar en multitud de páginas web, blogs e incluso libros de texto sobre como afrontar un comentario de este tipo siguiendo una serie de puntos a tratar. Un comentario de texto debería ser una oportunidad de demostrar tu capacidad de análisis y síntesis, una oportunidad para ser creativo y no para vomitar una respuesta automática sea el texto que sea. Este problema se suele agravar cuando el propio sistema educativo induce a los alumnos a tener que adaptarse a esquemas de este tipo, sobre todo en casos como la Selectividad, ahora denominada Evaluación para el Acceso a la Universidad, cuando parece que el comentario de texto se convierte en una pregunta de respuesta única. Pero no solo eso, el propio sistema de acceso a la función docente en Secundaria -las oposiciones-, requiere en muchas especialidades de comentarios de texto que lejos de significar un análisis crítico del mismo, suponen una excusa para tratar un tema de una forma muy determinada-. 

Bajo mi punto de vista, si bien es necesario tener algunas pautas de cara a cómo realizar un comentario de texto, nunca deberíamos ceñirnos a un esquema concreto, y menos a uno que sea cerrado. En este sentido, la primera cuestión a tener en cuenta es que para analizar bien un texto tenemos que desarrollar nuestra capacidad de comprensión lectora. Esto se práctica poniendo especial atención a todos los detalles de un texto, características en las que quizás no prestamos atención cuando leemos una novela, pero que son importantes para entender un texto en todo su sentido. Así, del mismo modo que podemos pasar frente a un cuadro y no prestar atención a sus detalles, podemos leer un texto y no enterarnos de nada de lo que hemos leído. Y esto no es asunto de edad, considero importante entrenar la mirada crítica no solo para enfrentarnos al comentario de un texto, sino también para cualquier otro aspecto de la vida en lo que se requiera un punto de vista analítico como analizar una pintura, leer un recibo de la luz o ver un programa de televisión. Y como no es lo mismo explicarlo que hacerlo, a continuación voy a comentar uno de los textos que aparecieron en la convocatoria de oposiciones de 2018 en la especialidad de Geografía e Historia.

«En la ciudad reinaba un terror enorme y, debido al temor mutuo, todo estaba en suspenso. La plebe, abandonada por los suyos, temía la violencia del Senado; el senado temía a la plebe que había quedado en Roma, sin saber si era preferible que se quedase o que se fuese. Por otra parte, ¿cuánto tiempo iba a permanecer tranquila la multitud secesionista? ¿Qué iba a ocurrir, si, entretanto, estallaba una guerra en el exterior? Comprendían que no quedaba, en absoluto, esperanza alguna que no se cifrase en el buen entendimiento entre los ciudadanos, entendimiento al que había que reconducir al Estado costara lo que costase. Se acordó, pues, enviar a la plebe como portavoz a Menenio Agripa, hombre elocuente y querido por el pueblo por sus orígenes plebeyos. Introducido en el campamento, en un estilo oratorio primitivo y sin adornos se limitó a contar, según dicen, este apólogo: "En el tiempo en que, en el cuerpo humano, no marchaban todas sus partes formando una unidad armónica como ahora, sino que cada miembro tenía sus propias ideas y su propio lenguaje, todas las partes restantes se indignaron de tener que proveer de todo al estómago a costa de sus propios cuidados, su esfuerzo y su función, mientras que el estómago, tan tranquilo allí en medio, no tenía otra cosa que hacer más que disfrutar de los placeres que se le proporcionaban; entonces se confabularon, de forma que la mano no llevase los alimentos a la boca, la boca los rechazase y los dientes no los masticasen. En su resentimiento, al pretender dominar al estómago por el hambre, los propios miembros y el cuerpo entero cayeron en un estado de extrema postración. Entonces comprendieron que tampoco la función del vientre era tan ociosa, que era alimentado tanto como él alimentaba, remitiendo a todas las partes del cuerpo esta sangre que nos da la vida y la fuerza, repartida por igual entre todas las venas después de elaborarla al digerir los alimentos." 

Estableciendo, entonces, un paralelismo entre la rebelión interna del cuerpo y la reacción airada de la plebe en contra del senado, les hizo cambiar de actitud. A continuación se comenzó a tratar acerca de la reconciliación y se llegó al acuerdo de que la plebe tuviese magistrados propios, inviolables, facultados para defenderla contra los cónsules, y que ningún patricio podría ostentar tal cargo.»

Tras una lectura rápida, la primera cuestión que nos puede ayudar a elaborar un análisis del texto es ubicar el mismo, tanto temporal como geográficamente. Para ello no es necesario ser un catedrático, todos tenemos la capacidad de rastrear conceptos que nos puedan situar más o menos en una determinada época o espacio. En este caso, ya al comienzo tenemos varias alusiones a la plebe, Roma y el Senado. Términos que nos llevan a pensar que estamos ante un texto de carácter historiográfico sobre la historia de Roma, aunque todavía no sabemos si es coetaneo a los acontecimientos o, seguramente lo más probable, posterior. Unas líneas más adelante surge un nombre propio, Menenio Agripa, del cual podemos deducir, lo conozcamos o no, que es un personaje romano. Las siguientes líneas básicamente son una cita a su intervención pública. De este modo, ya en un plano más general, el texto nos habla de un conflicto, y si esto es una pista para ubicar cronológicamente el texto, poco nos puede ayudar en una historia como la romana tan repleta de luchas internas y guerras civiles. Al tratarse de un conflicto entre plebeyos y el orden senatorial, si miramos un poco la línea cronológica tradicional de la historia de Roma, estamos hablando de un abanico temporal de prácticamente 200 años. Pero en el último párrafo hay un dato clave para ubicar el acontecimiento que nos relata el texto de una forma más precisa, ya que dice que «se llegó al acuerdo de que la plebe tuviese magistrados propios, inviolables, facultados para defenderla contra los cónsules, y que ningún patricio podría ostentar tal cargo». Es decir, estamos ante el momento en que se creo la magistratura del tribuno de la plebe y que la historiografía tradicional ha datado en el año 494 antes de Cristo, unos 15 años después del final de la monarquía y la instauración de la República. En este sentido, ubicar de manera exacta un acontecimiento no tiene sentido sino entendemos el contexto más amplio, esto es tener presente que el hecho forma parte de una estructura de mayor envergadura en el medio y largo tiempo. 

Tenemos, de este modo, bastante información del texto, sabemos que es un texto historiográfico centrado en la historia de Roma, en el conflicto patricio-plebeyo y más concretamente en la primera secessio plebis (Monte Sacro) acaecida en el año 494 aC. Tenemos un nombre, Menenio Agripa y su intervención ante la plebe. Con estos datos, podemos rastrear más información del texto, pues si bien ya conocemos qué acontecimiento nos está relatando el mismo, no sabemos nada acerca de la fuente de información. Pero, si rastreamos el nombre de Menenio Agripa o Agripa Menenio y su fábula acerca del funcionamiento del cuerpo humano, encontraremos que dicha historia aparece reflejada por primera vez en la Historia de Roma de Tito Livio, cuyo título original era Ab Urbe condita, literalmente Desde la fundación de la Ciudad. Por lo tanto, sabiendo que Tito Livio fue coetaneo de César Augusto podemos deducir que la fuente que estamos tratando es secundaria, pues nos relata unos acontecimientos prácticamente cuatro siglos después de que ocurrieran. 


Y con el texto ya ubicado geográfica y temporalmente, existen muchas posibilidades de seguir sacando información del mismo. De hecho, si nos ceñimos a los aspectos que nos pueden resultar interesantes desde un punto de vista historiográfico, yo destacaría dos vías de análisis. Por un lado, un estudio más detenido sobre algunos conceptos clave del fragmento que puedan aportar más información del contexto histórico al que se refiere el texto y del propio momento en el que se escribió y, por otro lado, una lectura crítica desde el filtro que nos proporcionó, hace ya algún tiempo, Fernand Braudel (1902-1085) y sus tres categorías básicas del tiempo histórico, es decir, tiempo corto, medio y largo. Respecto a los conceptos, en este texto nos podemos encontrar conceptos históricos tales como plebe, patricios, cónsules, Senado romano. También conceptos sustanciales o de primer orden como por ejemplo, Estado, secesionista, violencia, ciudadano o magistratura, entre otros. Y por último otros conceptos relacionados con el propio pensamiento histórico de carácter mucho más abstracto, como la causa-consecuencia, la relevancia histórica, las evidencias, los cambios y las permanencias o la dimensión moral. En este sentido, el propio tiempo histórico puede ser una importante herramienta para profundizar en el análisis crítico de este texto y extraer más información. El tiempo corto o el acontecimiento más importante que nos relata el texto es la intervención de Menenio Agripa ante la plebe que se había reunido en Monte Sacro el 494 antes de Cristo. Es importante tener en cuenta los distintos niveles del tiempo histórico porque si nos quedamos en el hecho, al final reducimos a la historia a una mera narración de acontecimientos en una línea cronológica. Y la historia es ir más allá, es analizar el acontecimiento dentro de una coyuntura que funciona a su vez gracias a unas determinadas estructuras. En este caso concreto, nunca habrían aparecido distintas fracturas sociales a lo largo de la historia romana si una de las bases sobre las que se asentaba el sistema político y social romano no hubiera sido el de la desigualdad social. Aquí, por ejemplo, el tiempo medio, lo que también se llama el tiempo coyuntural sería la crisis social que vivió la República romana en los primeros siglos desde su creación. Unas crisis que se fueron replicando a lo largo de prácticamente toda la historia republicana y que, como hemos dicho, tenían su explicación en el gran desequilibrio social sobre el que se asentaba la organización de la propia ciudad y de sus territorios dependientes. Pero, estos desequilibrios solo se pueden analizar si ampliamos el telescopio del tiempo y recorremos las grandes estructuras, la larga duración en la que tuvo lugar la génesis de una de las cunas de la cultura occidental actual.

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