Marc Bloch, La extraña derrota, Un testimonio de 1940, 2003 (Parte 2)
El
libro de La extraña derrota cuenta con una división
tripartita en cuanto a su estructura se refiere. El primer apartado
es la presentación del autor, su visión de que es ser un
historiador y qué es la historia para él –posteriormente
desarrollado en su libro Apología para la historia, también
escrito en la clandestinidad–. También cuenta su experiencia
personal durante los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial como
oficial en el Estado Mayor del Ejército francés. Y es aquí donde
encontramos el primer punto a destacar, y es que pese a reconocer la
limitación de su experiencia personal, Marc Bloch es innovador en el
aspecto de considerar como fuente sus vivencias personales, rompiendo
así con la historia tradicional decimonónica.
El
segundo apartado bajo el título Deposición de un vencido, es
un análisis exhaustivo sobre la derrota francesa de 1940. De este
modo, Marc Bloch establece una serie de niveles teniendo en cuenta la
culpabilidad en la derrota. Siendo la incapacidad de los mandos del
ejército, el factor con mayor importancia y admitiendo que detrás
del concepto «mandos» están los hombres. Pero tampoco quiere decir
que sea un factor homogéneo, tiene múltiples facetas. En primer
lugar, la victoria intelectual, los oficiales franceses no supieron
entender la guerra moderna de Alemania. En segundo lugar, la
superioridad numérica y aérea, ya que todos los recursos se habían
invertido en la fortificación de la Linea Maginot. Y en tercer
lugar, una amalgama de factores psicológicos y colectivos. Así,
Marc Bloch aplica su concepción de la historia para el análisis su
presente: «la historia es, en esencia, una ciencia de cambio. Sabe y
enseña que dos acontecimientos no se reproducen nunca de una manera
totalmente semejante, porque las condiciones en que se dan nunca
coinciden con exactitud».
Y es que los viejos oficiales franceses quisieron plantear la guerra
al modo de la Gran Guerra, y no tuvieron en cuenta las apreciaciones
de los jóvenes oficiales, que sin duda fueron más acertadas para la
guerra moderna.
El
tercer y último apartado, con el título de Examen de conciencia
de un francés, es la aclaración de que no sólo puede existir
un único culpable, hay otros factores importantes. Ya que lo
sucedido en el ejército es una plasmación de la realidad social de
esa Francia del periodo de entreguerras. Y es por lo tanto, uno de
los textos más polémicos del análisis de la derrota en la
historiografía francesa, como vaticinó el propio Bloch en el libro.
Ya en su primera aclaración, afirma la dificultad que tiene para un
historiador enfrentarse a un análisis del presente. Así, Marc Bloch
parte de un análisis general de la comunidad francesa, una
colectividad en un estado psicológico decadente. Y de ese análisis
general, va segmentando los problemas que han generado la gran crisis
en 1940. Entre ellas, llama la atención, las muestras de la
debilidad colectiva fruto de debilidades individuales, sucedidas en
la Francia de 1940, en momentos donde la patria está en peligro.
También forma parte de ello, la crisis en la conciencia de la clase
obrera, mejor dicho, la inexistencia de la solidaridad colectiva. A
todo ello, Marc Bloch añade una crisis cultural donde los medios de
comunicación y los métodos educativos han favorecido que cada vez
la población tenga menos interés por la lectura, han dejado de
pensar libremente y sólo lo hacen bajo paradigmas que son tomados
como una especie de libros sagrados.
Para
Marc Bloch todo esto es agravado si tenemos en cuenta la situación
internacional que quedó con el Tratado de Versalles, donde poco a
poco se fueron alimentando los rencores del vecino alemán, y que
hacían más que probable la aparición de un sobresalto, plasmado
posteriormente en el nazismo. Pese a ello, Bloch no pierde la
esperanza en la nación francesa, y apuesta por un final de la guerra
favorable gracias a la intervención aliada desde Gran Bretaña. Un
pronóstico que ahora podemos ver como bastante acertado.
Para
finalizar y a modo de conclusión, podemos destacar la innovación de
Marc Bloch al atreverse a realizar una historia del presente, más si
en su época el mito de la objetividad todavía tenia gran peso en el
ámbito académico. Paradójicamente esta innovación corresponde a
su descontento por la sociedad francesa de la época, al igual que
les paso a sus maestros de la «escuela metódica» con la derrota
frente a Prusia. Por otro lado, el análisis no se limita a la
superficie del problema, sino que observa multitud de elementos y
factores que pudieron alterar de una u otra manera el producto. Y por
último, señalar como el autor plasma su admiración y amor por la
historia, en una obra que forma parte de los grandes clásicos de la
historiografía contemporánea.
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