Enzo Traverso, A sangre y fuego. De la guerra civil europea, 2009 (parte 1)

Enzo Traverso rescata en este libro el debatido concepto de guerra civil para definir el traumático periodo que se inicia con la Gran Guerra (1914) y que acaba con el final de la Segunda Guerra Mundial (1945). Un concepto, guerra civil, que utiliza como hilo conductor a lo largo del libro para conectar los distintos acontecimientos y protagonistas de uno de los periodos más oscuros de la historia contemporánea. Así, estamos ante un libro en el que se desarrollan aspectos tan variados como la cultura, el mundo de las ideas o la política, y que encuentra en el concepto de guerra civil un punto de enlace para una narración coherente a nivel europeo.




El autor nació en 1957 en el norte de Italia, pero ha desarrollado casi toda su labor como historiador en Francia. En la actualidad es profesor de la Universidad de Picardía y sus líneas de investigación giran en torno la historia de los conceptos, el nazismo, la violencia en el siglo XX, la memoria y los usos públicos de la historia, destacando de sus publicaciones Le Totalitarisme. Le XXe siècle en débat (2001), La Violence nazie. Essai de généalogie historique (2002), L'histoire comme champ de bataille. Interpréter les violences du XXe siècle (2011) y la obra aquí reseñada (1). En cuanto al origen de este libro, según el propio autor, está en la necesidad de someter a una revisión las controversias historiográficas que se han producido en las últimas décadas (p.11). Partiendo de la revisión del concepto de guerra civil, antes citado, hasta las interpretación del fascismo, comunismo, democracia, antifascismo, intentando restablecer una perspectiva histórica que el anacronismo de los últimos tiempos ha difuminado. Así, el autor evita la condena moral a posteriori, una historia de buenos y malos que sustituya el análisis y la interpretación crítica que siempre tiene que estar presente en el trabajo del historiador.

El libro esta organizado en torno a dos capítulos, cada uno de los cuales a su vez esta dividido en apartados temáticos. En el primero de los capítulos, Pasajes al acto, el autor nos expone su interpretación del concepto de «guerra civil europea» en discusión con los autores coetáneos que dieron origen al término y sobre todo con Ernst Nolte, historiador alemán que abría la guerra civil con la Revolución de Octubre, entendiendo el bolchevismo como la fuente del mal del siglo XX. Así, el fascismo no hizo más que copiar las prácticas del comunismo. No es de extrañar, según esto, la polémica que suscitó en su momento las tesis de Nolte –aquí podemos recordar la Historikerstreit–. De este modo, Traverso se adhiere a la tesis de que el auténtico derrumbe del sistema político y social creado en el siglo XIX se produce en 1914, aludiendo al ambiente europeo previo al atentado de Sarajevo y su desaparición total con las consecuencias del final de la Gran Guerra. De una guerra de naciones, se pasa a una guerra ideológica dominada por la dialéctica revolución y contrarrevolución. El autor nos muestra como en todos los países europeos las prácticas de la guerra se transfieren a la sociedad civil entrando en juego el concepto de guerra total. La militarización de la política y la aparición de la figura del partisano son una buena muestra de ello. Así, poco a poco el aumento de esta tensión encontraría su punto culminante en la Segunda Guerra Mundial, donde la definición de guerra total encuentra su mayor sentido debido a la multitud de conflictos que se entrelazan. Un ejemplo de las distintas dimensiones del conflicto, apunta el autor, es el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial.


De este modo, sin entender el punto de inflexión que supone la Primera Guerra Mundial no podríamos explicar la revolución, el fascismo, ni tampoco el enfrentamiento que abre en España el golpe de julio de 1936. Y en contexto de ruptura con las prácticas previas a la Gran Guerra, explica el autor, tenemos que tener en cuenta como el derecho de la guerra se dota de un nuevo contenido moral regido por las normas de la guerra civil, en la cual no existe una paz justa, solo la aniquilación del enemigo. De ahí, el desarrollo de una violencia desmesurada, que Enzo Traverso nos clasifica en dos tipos. Una violencia caliente, una violencia de euforia colectiva que contiene una gran carga simbólica, donde se guarda venganza, sentimientos antiguos o frustraciones del pasado y que se suele desarrollar en momentos de vacío de poder. Y por otro lado, está la violencia fría, donde se unen regresión en el proceso de civilización y la violencia moderna propia de las sociedades industriales, es decir, la violencia ejercida con una organización burocrática estatal. Y es aquí, en la violencia, donde el autor vislumbra uno de los grandes cambios que supone el desarrollo de la guerra civil. De conflicto entre naciones a violencia contra los civiles, en una clara mutación hacia la guerra total, siendo en la Segunda Guerra Mundial, y sobre todo desde la invasión de la URSS cuando se produce el verdadero vuelco. La guerra total, la guerra civil, deshumaniza al enemigo, de la cultura se pasa a la propaganda, se crean nuevos conceptos como refugiados o apátridas producto del fin de la Mitteleuropa, y que aparece de nuevo como una justificación más del concepto de guerra civil.

(1) Enzo Traverso, Le Totalitarisme. Le XXe siècle en débat, Paris, Seuil, 2001; La Violence nazie. Essai de généalogie historique, Paris, La Fabrique, 2002; L'histoire comme champ de bataille. Interpréter les violences du XXe siècle, Paris,La Découverte, 2011.

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