Miguel Delibes, Los santos inocentes, 1981
La posguerra española es uno de los períodos más tristes de la historia de España. El fallido golpe de Estado, trajo consigo una guerra civil de 3 años, una represión que costó la vida a más de 250.000 personas y una situación de pobreza, miseria y cartas de racionamiento. Las libertades y derechos por los que se habían luchado durante los 5 años de República fueron barridos de la península al son de la "era" de los fascismos. Con el final de la Segunda Guerra Mundial, España se rebeló como el residuo de la Europa fascista. Punta Europa, la única esperanza frente a la amenaza comunista. Sin duda, la propaganda franquista supo muy bien cambiar de chaqueta una vez que los vientos soplaban desde el Oeste.
Así, la situación de la población era deprimente. En el campo, aquellos útopicos planes de repartos de tierras, desaparecieron al igual que la República. Era el tiempo de lo terratenientes. Por eso me gustaría conectar con una de las grandes novelas de la literatura contemporánea española, Los Santos Inocentes*. Una obra escrita por el gran Miguel Delibes, autor entre otros de El camino o Cinco horas con Mario. En esta la novela nos dirije a uno de estos cortijos comunes en la zona meridional de España -en este caso, la Extremadura más profunda-, con un reparto de papeles muy evidente. Por un lado, el señorito Iván, el marqués, el niño de papá, cuya única preocupación es ir de caza y no volver con las manos vacías. Y por otro lado, tenemos a Paco, el Bajo, y su familia -Régula, Azarías, Nieves o la Niña Chica-.
El texto nos describe con gran crudeza, el sistema de servilismo establecido en la España franquista de la posguerra, en torno a los años cincuenta, años sesenta. La introducción de la maquinaria en el mundo agrícola, el salto generacional, el clientelismo, la obra nos plantea muchos temas interesantes. De los cuales a mi me llama la atención el especial protagonismo de esas minorías inocentes a las que se refiere Miguel Delibes. El trabajador explotado, el discapacitado olvidado o la naturaleza violada.
*Versión utilizada: Miguel Delibes, Los santos inocentes, Barcelona, Seix Barral, 1981.
Así, la situación de la población era deprimente. En el campo, aquellos útopicos planes de repartos de tierras, desaparecieron al igual que la República. Era el tiempo de lo terratenientes. Por eso me gustaría conectar con una de las grandes novelas de la literatura contemporánea española, Los Santos Inocentes*. Una obra escrita por el gran Miguel Delibes, autor entre otros de El camino o Cinco horas con Mario. En esta la novela nos dirije a uno de estos cortijos comunes en la zona meridional de España -en este caso, la Extremadura más profunda-, con un reparto de papeles muy evidente. Por un lado, el señorito Iván, el marqués, el niño de papá, cuya única preocupación es ir de caza y no volver con las manos vacías. Y por otro lado, tenemos a Paco, el Bajo, y su familia -Régula, Azarías, Nieves o la Niña Chica-.
El texto nos describe con gran crudeza, el sistema de servilismo establecido en la España franquista de la posguerra, en torno a los años cincuenta, años sesenta. La introducción de la maquinaria en el mundo agrícola, el salto generacional, el clientelismo, la obra nos plantea muchos temas interesantes. De los cuales a mi me llama la atención el especial protagonismo de esas minorías inocentes a las que se refiere Miguel Delibes. El trabajador explotado, el discapacitado olvidado o la naturaleza violada.
*Versión utilizada: Miguel Delibes, Los santos inocentes, Barcelona, Seix Barral, 1981.
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