Frances Stark, My Best Thing, 2011
My Best Thing es probablemente una de las obras más conocidas de Frances Stark (Estados Unidos, 1967). En pleno debate en torno a la autenticidad o no del arte contemporáneo, el final de las reglas del posmodernismo o lo que algunos han llamado el engaño del arte contemporáneo, Frances Stark presentó en 2011 una película animada producto de las conversaciones en línea con dos chicos italianos completamente desconocidos. Mediante el uso del programa Xtranormal, Stark se caracteriza a ella y a sus colegas de conversación como juguetes de Playmobil sobre un fondo monocromo verde. Las voces de los protagonistas son electrónicas, con la característica particular del acento italiano de los dos personajes masculinos.
La película esta dividida en varios episodios, cada uno de ellos correspondiente a un encuentro virtual entre la artista y sus compañeros de conversación. El primero de los capítulos nos cuenta el primer encuentro con Marcello, un italiano con el que Stark ha contactado para mantener relaciones sexuales por Internet. Representados como una especie de Adán y Eva, entre las menciones a diferentes órganos sexuales, también nos podemos encontrar diálogos más profundos sobre qué significa un encuentro o una relación virtual. En este sentido, Stark no solo como artista sino también como escritora, presta especial atención a los malentendidos que se dan en el lenguaje y el propio significado de las palabras. El propio título de la animación, My Best Thing, viene del mote que utiliza Marcello para referirse a su pene.
Tras perder el contacto con Marcello, se producen más encuentros con otro desconocido, también italiano. En medio de conversaciones de tono sexual, los personajes hablan e intercambian opiniones entorno a diferentes personajes y contextos como Nietzsche, Fellini, Picasso o la propia situación de la política italiana. A lo largo de la animación, Stark desarrolla varias ideas interesantes. Por un lado, la idea del arte como una pérdida de tiempo, teniendo en cuenta que arte y sexo por Internet están conectados, ya que según sus palabras, «si bien el arte es probablemente algo opuesto al trabajo, como una resistencia a la idea de productividad, la masturbación sería la semilla desperdiciada para la reproducción». Por otro lado, Stark también utiliza el humor para reflejar lo absurdo que puede ser un encuentro sexual a través de una cámara, los malentendidos entre personas que hablan distintos idiomas o también su postura respecto a distintos temas de índole social, política o filosófica. En este sentido, a pesar del creciente escepticismo en torno a cómo las nuevas formas de comunicación determinan nuestros modos de vida, Stark utiliza My Best Thing para demostrar que su postura es mucho más optimista, ya que un encuentro casual en línea puede ser el inicio de una discusión bastante más profunda.
BIBLIOGRAFÍA
Godfrey, Mark (2012), Frances Stark: My Best Thing. Londres: König Books.
Yablonksy, Linda (2011), «Frances Stark's Best Thing» en The New York Times Style Magazine.
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