Blade Runner (1982) (I)

Advertencia: Las entradas de películas contienen un alto índice de spoilers. Además quiero aclarar que esto no se trata de análisis concienzudo de datos, mirando en Internet hay cientos o más bien miles de cosas. Esto es más bien una visión personal, principalmente guiada por la nostalgia y las ganas de escribir. Por ello, quien lo lea, probablemente nadie, que no se espere una tesis ni mucho menos, sino simplemente las ganas de plasmar las rayadas que uno tiene por la cabeza.

Noviembre de 2019, Los Ángeles. 

Leon mata a su entrevistador durante la realización del test Voight-Kampff, una prueba diseñada para comprobar si alguien es humano o por el contrario si es un replicante. Los replicantes son unos androides o robots muy similares a los seres humanos, igual de inteligentes, solo que más fuertes y más resistentes. Estos replicantes se vienen usando desde principios del siglo XXI como mano de obra esclava para la complicada empresa de explorar y colonizar el espacio exterior. De ello ¿Quién se beneficia? En principio, según nos relata la propia película, no es ningún Estado, parece ser que los Estados son insignificantes después de la gran guerra.  El gran beneficiado es la Tyrell Corporation, un gran complejo empresarial fundado por Eldon Tyrell, una especie de Steve Jobs, un Bill Gates del mundo moderno que ha creado a su imagen y semejanza esos replicantes. 


Créditos a ShootEvrythg, autor de este trailer que no es el original, pero que es de lo mejor que he visto.

De hecho, tras la guerra nuclear, no solo es que los Estados no sean importantes sino que la Tierra se ha convertido en una verdadera nube de polvo radioactivo que ha ocasionado un auténtico éxodo fuera de los límites de ese planeta que a la Humanidad vio nacer. Pero, como he dicho, el trabajo sucio y complicado no lo realizan los humanos, esa tarea la llevan a cabo los replicantes, que no solo están recluidos en la servidumbre sino que también, después de una rebelión de varios modelos Nexus-6 (los más modernos), tienen prohibida su presencia en la Tierra. Para evitarlo, se crea un cuerpo al margen de la policía cuyos miembros eran denominados blade runners, una especie de mercenarios de la policía -no estaría bien visto que la propia policía fuera mantando a diestro y siniestro a la gente- que se especializa en la identificación, caza y eliminación de los replicantes díscolos huir a la Tierra. Al asesinato de estos replicantes se le denomina eufemísticamente como retiro. 

Toda esta historia no pinta mal ¿Verdad? Lo cierto es que nos ha parecido interesante empezar este comentario con una breve sinopsis del inicio de la película para comprobar que la idea que se llevaban entre manos los guionistas de Blade Runner no es para nada sencilla. Y lo cierto es que a la altura de 1982 esta historia no era nueva, como tampoco lo era género de ciencia ficción. La historia original de la que parte el guión de Blade Runner es de Philip K. Dick (1928-1982), un autor que a pesar de que nunca fue reconocido en su momento, es uno de los escritores norteamericanos más influyentes en el género de la ciencia ficción del siglo XX. Es tal su importancia que si hacemos un repaso a todas las películas de ciencia ficción que se han hecho en las últimas décadas, veremos que tras la idea original de muchas de ellas está el nombre de Philip K. Dick: Total Recall o Minority Report entre otras. En este sentido no es casual que Dick escribiera sobre ciencia ficción, ya que en sus novelas solía imaginar el mundo que quedaría después de la Guerra Fría (el cambio climático, la extinción de especies de animales, el corporativismo o la masificación de las empresas) y además de reflejar sus propias preocupaciones personales como su obsesión por la paranoia y la esquizofrenia o su relación con el mundo de las drogas. 


Una de las portadas de Do Androids Dream of Electric Sheep? de Philip K. Dick (1968)



Pero, realmente del libro original al guión hay un salto importante y esto conecta con uno de los debates que hay en torno a esta película. ¿Es Blade Runner una película de ciencia ficción? Bueno, la novela ciertamente lo es. Estamos hablando que ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? se publica en el año 1968, muchas de las cuestiones sociales que se plantean en la película todavía no estaban desarrolladas. Pero, ya en la década de los ochenta, cuando Hampton Fancher empezó a trabajar en el guión y David W. Peoples lo reescribe bajo la revisión de Ridley Scott, todos estos temas no dejaban de ser ya un reflejo de la propia sociedad posmoderna que se avecinaba (grandes urbes, población interracial, jergas interlingüisticas, la planificación urbanística, las consecuencias de la contaminación, etcétera). Desde luego, desde nuestro punto de vista para hablar de Blade Runner no nos sirven los clásicos géneros establecidos por la crítica literaria y artística. De hecho, si prescindimos de esa estética futurista y de todos problemas metáficos que se nos plantean en la película, propios de la ciencia ficción, tenemos también otras lecturas como por ejemplo; una película de cine negro (la voz en off -en la versión de 1982-, la gabardina, el típico jefe con mala hostia), una película de western ("el mundo exterior" como la exploración del Nuevo Mundo) o también incluso lo podemos ver como un film amoroso (el amor imposible entre un ser humano y una replicante, si entendemos que Deckard no es un replicante como sí podría dar a entender el Director's cut de 1992).

«I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time, like tears...in...rain. Time to die.» Rutger Hauer (como Roy Batty)
Todo esto la convierte en una película de culto, una película complicada que ha transcendido sobre lo filosófico, sobre lo humano e incluso sobre lo divino. De hecho, ha sido con el paso de los años cuando esta película ha sido considerada una verdadera obra maestra del cine. A pesar de todo ello, en el momento de su estreno en 1982, lo cierto es que no fue el éxito esperado ni por su director Ridley Scott, que no debemos olvidar que venía de dirigir uno de sus mayores éxitos, Alien. Pero tampoco para los actores que en ella participaban, puesto que Harrison Ford, el actor que pone cara a Deckard, era en aquellos momentos el actor de moda tras el éxito de Star Wars e Indiana Jones

Y esto, nos lleva a hablar de porqué hay tantas versiones de la película, cosa que también le añade más encanto como peli de culto. No en vano, estamos hablando de que Blade Runner cuenta nada más y nada menos que con siete versiones. Las dos primeras son los preestrenos; La Workprint version (1982, 113 minutos) presentada ante un público muy reducido en Denver y Dallas. Esta versión tuvo una recepción muy negativa por lo que se vieron obligados a modificarla de cara a la versión comercial. Los principales cambios fueron la inclusión de una breve introducción después de los títulos de crédito, al principio de la película, que explica el origen de esos replicantes. Y también la inclusión de un final más feliz en el cual Deckard y Rachel huyen por la carretera de unas colinas en un coche, lejos de la oscuridad de la ciudad de Los Ángeles que aparece durante el resto del largometraje. Por lo tanto, así es como quedó la San Diego Sneak Preview y, muy similar, la versión comercial que se estreno en los Estados Unidos ese mismo año (1982, 116 minutos). Esta versión, conocida popularmente como Domestic Cut, incluía además la narración en voz en off de Harrison Ford. Con esta voz, el espectador recibe muchas más información por parte de Deckard y por lo tanto cambia bastante la forma de ver al personaje. Del mismo modo que ese llamado «Happy Ending» nos puede hacer reinterpretar todo el sentido de la propia película.


Sean Young como Rachel en Blade Runner.

El extraño puritanismo y censura sobre los medios audiovisuales en Estados Unidos ocasionó el origen de otras dos versiones más. Una, la versión internacional (1982, 117 minutos), fue la que se proyectó fuera de los Estados Unidos e incluía algunos cortes de las escenas más violentas. También, en 1986, la CBS realizó una nueva versión (US broadcast version, 114 minutos), en la que se cortan escenas de desnudos y de violencia para su emisión por la televisión estadounidense. Con el décimo aniversario de su estreno en cines, en 1992 sale el Director's cut (116 minutos). Una versión que es, en teoría, la autorizada por Ridley Scott y que trajo consigo muchos cambios respeto a la versión de 1982. Para empezar eliminaba las distintas voces en off de Harrison Ford durante la película. También se añadió una secuencia de un sueño de Deckard un unicornio aparece corriendo por un bosque. Y, finalmente, se volvió a eliminar ese «Happy Ending», por el final más abrupto cuando Deckard y Rachel entran en un ascensor y directamente acaba la película. Por último, para seguir haciendo caja, lógicamente esto del cine también es un negocio, por motivo del 25 aniversario del largometraje se preparó lo que se ha llamado como el Final Cut (2007, 117 minutes) en la cual se remasterizó toda la película con la inclusión de la polémica escena del unicornio y otras escenas violentas eliminadas. En el conjunto vienen además el resto de versiones de la película y otros materiales adicionales.

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