Blade Runner (1982) (II)

Continuamos con Blade Runner. Ya hemos hablado de su introducción, de donde viene la idea y sobre todo de las versiones que existen de la película. Unas versiones que como acuerda la mayoría de la gente, pueden cambiar la interpretación de la película y sobre todo la forma en que entendemos a su protagonista, un blade runner llamado Deckard interpretado por Harrison Ford. Más allá de esto, tenemos que decir que algunos autores aluden esta constante reinterpretación, esta continua construcción a una causa casi exclusivamente de mercado, otros por contra a las diferencias entre director, montadores y productores. Pero lo cierto, es que por una o por otra causa su interpretación cambia. Por consiguiente, vamos a hablar e esas cuestiones polémicas que han hecho todavía más grande este largometraje.


Fotograma de Blade Runner. Origami.

En primer lugar, como ya hemos hablado las distintas versiones, destacar las dos cuestiones más controvertidas. Por un lado, el «happy end», uno de los cortes de la película que más ha parecido preocupar al propio director. Según él, «cuando acepté añadir el final feliz, yo estaba machacado, contra las cuerdas, escupiendo en el cubo. Fue muy doloroso porque yo quería acabar con Rachael y Deckard entrando en el ascensor. Pero Tandem dijo: "No, eso es demasiado deprimente. Y ésta ya es la película más deprimente que hemos visto nunca. ¡Tenemos que acabar con una nota optimista! Con algo heroico, con ellos alejándose juntos por el campo". Yo me opuse al principio y dije: "¡Pero si no hay campo! ¡Todo son fábricas y páramos industriales!". Y ellos me decían: "¡Vaya mierda! ¡Ya estás otra vez!"». De este modo, deducimos que Ridley Scott prefería ese final abrupto con el que luego nos deleitó en el Director's Cut que ese paseo entre la naturaleza con el que acaba la versión de 1982. Así, fueron los directivos de Tandem Productions, la productora de la película, los que pensaron que tal vez en esa era de optimismo ochentero que se vivía en Estados Unidos durante el mandado de Ronald Reagan, el final «no feliz» habría podido tener consecuencias negativas de cara a la taquilla. El tema está en con qué final nos quedamos, el final deprimente o el final esperanzador. A mí personalmente me gusta el final abrupto y deprimente, porque por un lado parece más acorde con el discurso del resto de la película. Pero es que además, nos permite tener una visión más romántica de la peli, ya que si tenemos en cuenta también que esa es la versión sin voz en off, podemos entender a la figura de Deckard como una figura mucho más ambigua e incluso como un replicante. 


Fotograma de Blade Runner. El búho replicante.

De hecho, ver a Deckard como un replicante o no va a depender de como veamos la película. Con voz o sin voz en off. Y por ello, a propósito de la salida del Director's Cut en 1992, que omitía la voz en off, Ridley Scott y los productores de la película justificaban su inclusión diez años antes para hacer comprensible la misma. Pero realmente, como hemos dicho, el cine, además de arte, además de entretenimiento, es un negocio y venía genial para la promoción de la misma y así ofrecer una versión con ciertas diferencias. Pero sobre todo, lo que es importante desde el punto de vista del espectador es si Deckard es un humano o un replicante. A mi me personalmente, me parece mucho más romántica y poética la visión de la película entendiendo que Deckard es un replicante, por eso aunque mucha gente se queda con la versión del «happy end» y la voz en off, yo prefiero el Director's Cut. Detalles como ese velado de ojos, ese brillo en los ojos de Deckard que no deja de ser sino uno de los indicios más claros para detectar a un replicante. De hecho, en la película vemos a otros personajes, e incluso animales, con ese brillo en los ojos, el búho de la Tyrell, Rachael durante la realización del test o Pris en la ruinosa casa de Sebastian, todos ellos robots, repliantes. 

«Bueno —contesta Scott—, cuando desarrollamos la trama siempre me pareció lógico que los acontecimientos, y dada la paranoia de la película, condujeran a que Deckard descubriera que es un replicante. Me parecía adecuado que un detective replicante empezase a preguntarse si el Departamento de Policía no le haría lo mismo a él. De modo que yo siempre tuve en mente la ironía de que Deckard acabase resultando ser un ser humano sintético. Un detalle que permanecería oculto para todos, menos para aquellos espectadores que prestasen atención y se dieran cuenta de ello. Pero Tandem desechó la idea considerándola una tontería. "A mí no me parece una tontería", les dije. "Completa el círculo de la idea inicial. De hecho, la remata con cierta elegancia". Por eso Deckard coge ese trocito de estaño al final…» Ridley Scott en Futuro en negro: Cómo se hizo Blade Runner, de Paul M. Sammon.

Además, con la supresión de la voz en off y la inclusión del sueño del unicornio ya no nos queda lugar a duda de que probablemente Rick Deckard es un replicante. Deckard mira fotos, Deckard tiene recuerdos, unos recuerdos probablemente implantados, igual que los de Rachael. Decimos que probablemente implantados, porque el sueño del unicornio, un sueño que en principio no tienen sin sentido, va a tener una gran importancia en la trama final de la película. Así, tras la pelea contra Roy Batty, Deckard corre a su apartamento en busca de Rachael y cuando salen golpea con el pie una muestra de origami. Esa figura no es otra sino el unicornio de su sueño. ¿Qué sucede? Bueno resulta que Gaff, un blade runner veterano, a lo largo de la película va dejando pequeñas figuras de papiroflexia en varios puntos, una gallinita de papel en el despacho de Bryant, una figura de un hombre en plena erección antes de ver a Rachael y finalmente, el unicornio que ya hemos comentado. Es decir, Gaff seguramente conoce los pensamientos y sueños de Deckard porque son implantados. De los protagonistas del metraje solo podemos decir que el único favorable a mostrar que Deckard era un replicante fue el propio Ridley Scott. Los demás, o al menos la gran mayoría, apostaron por la dualidad o la visión de un Deckard humano, entre ellos, los productores o incluso el propio Harrison Ford que siempre ha afirmado que él lo interpretó como un ser humano, no como una máquina. 


Definición de replicante.

Con todo esto, que aquí veamos más romántica esta visión de un Deckard replicante tampoco nos hace descartar la ambigüedad de la película en todas sus versiones, y que no en vano hace que 35 años después de su salida en cines, más allá del negocio y la industria, todavía podamos hablar de este largometraje. De hecho, aquí seguiremos con ello.

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