Apuntes de historia: Características de la sociedad y de la economía del POA
Sabemos que las sociedades que se desarrollaron en el Próximo Oriente Antiguo tuvieron una organización extremadamente piramidal y, salvo la cúspide, fueron grupos muy confusos con una gran movilidad entre ellos. No había conciencia de clase y por lo tanto no se conoce ni hay registro de revoluciones de carácter social de gran magnitud. Un mundo muy conservador sustentado por un fuerte patriarcado, la fuerza militar y el miedo al caos y a lo desconocido. No había clases ni castas, aunque si que nos encontramos con una generalizada esclavitud propiciada por la extrema debilidad de la población que les llevaba a un régimen de servidumbre frente a los monarcas. En los primeros siglos, no había propiedad privada, puesto que todavía no existía la moneda y además, la tierra pertenecía a los dioses y al mismo tiempo era administrada por el monarca.
Existían fundamentalmente tres clases diferenciadas dentro de la sociedad. Los awilum, sinónimo de hombre libre y también traducido como señor. Son personas liberadas del trabajo manual y gozan de una relativa independencia para comprar y vender, eran generalmente personas cercanas a la vida del palacio. Los mushkenum, literalmente los que se inclinan. No tienen propiedades, solo la fuerza de su trabajo. En teoría son independientes, pero en la práctica están en la mayoría de las ocasiones vinculados a la tierra. Finalmente los wardum, que era básicamente esclavos, bien por nacimiento o bien por empobrecimiento.
Cuando hablamos de sociedades en el POA, no podemos olvidarnos de una gran parte que no era sedentaria, sino que vivían en grupos en constante movimiento, es decir, grupos nómadas que generalmente tenían su propias características. Además, dentro del nomadismo nos encontramos con dos tipos; nomadismo abierto que básicamente eran Estados en constante movimiento, grandes masas de población que constituían un peligro para el resto de Estados sedentarios. Nomadismo cerrado que funcionaban como pequeños grupos dentro de las sociedades sedentarias y que realizaban actividades complementarias como puede ser el pastoreo trashumante o el comercio.
La familia era la base fundamental sobre la que se articulaba la legislación y la organización social del POA. No solo era una cuestión económica, sino que también había una importante base ideológica para mantener la línea de descendencia llegándose incluso a multar la esterilidad por parte de las autoridades estatales. Estas sociedades contaron con dos grandes elementos; en primer lugar la institución del patriarcado, son sociedades patriarcales, patrilineales y patrilocales, y que por lo tanto implica la preponderancia jurídica del hombre frente a la mujer, la herencia sobre el hijo varón y la residencia en la casa del hombre. En segundo lugar la familia nuclear, una familia compuesta por padre, madre e hijos y en algunas ocasiones familia extensa, aunque esto más común en los pueblos nómadas.
Los principales ámbitos de estas sociedades eran el palacio-templo y el campo, dividiendo el campo entre mundo agrícola y mundo pastoril. De hecho, habrá no pocas tensiones entre varios ambientes pues eran sociedades muy centralizadas que constantemente buscaban su propio bien común. El palacio y los templos tienen una función administrativa, allí se encuentran los funcionarios del rey que deben organizar los excedentes de producción y de comercio que llegan al palacio. Son sociedades redistributivas, es decir solo hay una dirección, desde el rey al resto de la sociedad. Hay dos sectores, el estatal y el privado, aunque este último con una difícil exposición a la propiedad privada ya que en teoría la ciudad y sus tierras pertenecían a los dioses y por lo tanto no eran objeto de compra y venta, aunque siempre existieron formas muy parecidas a la propiedad privada como la cesión perpetua de tierras y otras formas cínicas de propiedad -como por ejemplo los bitum-. Así, el ciclo que primó fue el ciclo estatal que reunía toda la producción de los súbditos y que conforme fueron pasando los siglos se fue convirtiendo en un auténtico conglomerado burocrático que se ocupaba de la recolección de impuestos, reparto de raciones, cesión de tierras, tramos de ríos, etcétera. Por otro lado, se sabe que en el III Milenio existieron grandes rivalidades entre el poder del palacio y el poder de los templos aunque ya a partir del II Milenio se acabarán por imponer el rey y el palacio.
Las características principales de la economía en las sociedades del POA es que son abrumadoramente agropecuarias, con actividades complementarias como el comercio y la artesanía. Hay una gran debilidad técnica, con escasos rendimientos de las tierras, poca especialización y un pobre mecanismo. La gran masa de la población es incapaz de acumular excedentes con este sistema económico, y los pocos que se obtenían iban directamente destinados al palacio y a los templos. Esto no quiere decir que no hubiera intercambio entre la población, los había, pero ni mucho menos de gran magnitud, pues el comercio a gran escala si que era controlado por las autoridades estatales. En este sentido, el máximo exponente del comercio estatal lo ejemplifican los «karum» o colonias comerciales que desarrollaron los asirios desde principios del II Milenio y que fundamentalmente tenían el objetivo de proteger y asentar el comercio entre Mesopotamia y Anatolia. -el más celebre es Karum de Kanish-. Concretamente eran asentamientos asirios en territorio hitita, un acuerdo coyuntural, para nada eterno, que iban renovando los nuevos monarcas y que se organizaban mediante una especie de asamblea («bit-alim») con un representante que tenía que rendir cuentas al rey asirio y al rey hitita. La dinámica comercial de estos asentamientos era el intercambio de recursos mineros y madera de los cuales estaban interesados los asirios a cambio de manufacturas y productos derivados de la ganadería que interesaban a los hititas, por lo que eran acuerdos que beneficiaban a las dos partes. Todo esto lo sabemos gracias al descubrimiento de tablillas cuneiformes hititas que reflejan estos acuerdos.
Existían fundamentalmente tres clases diferenciadas dentro de la sociedad. Los awilum, sinónimo de hombre libre y también traducido como señor. Son personas liberadas del trabajo manual y gozan de una relativa independencia para comprar y vender, eran generalmente personas cercanas a la vida del palacio. Los mushkenum, literalmente los que se inclinan. No tienen propiedades, solo la fuerza de su trabajo. En teoría son independientes, pero en la práctica están en la mayoría de las ocasiones vinculados a la tierra. Finalmente los wardum, que era básicamente esclavos, bien por nacimiento o bien por empobrecimiento.
Cuando hablamos de sociedades en el POA, no podemos olvidarnos de una gran parte que no era sedentaria, sino que vivían en grupos en constante movimiento, es decir, grupos nómadas que generalmente tenían su propias características. Además, dentro del nomadismo nos encontramos con dos tipos; nomadismo abierto que básicamente eran Estados en constante movimiento, grandes masas de población que constituían un peligro para el resto de Estados sedentarios. Nomadismo cerrado que funcionaban como pequeños grupos dentro de las sociedades sedentarias y que realizaban actividades complementarias como puede ser el pastoreo trashumante o el comercio.
Los principales ámbitos de estas sociedades eran el palacio-templo y el campo, dividiendo el campo entre mundo agrícola y mundo pastoril. De hecho, habrá no pocas tensiones entre varios ambientes pues eran sociedades muy centralizadas que constantemente buscaban su propio bien común. El palacio y los templos tienen una función administrativa, allí se encuentran los funcionarios del rey que deben organizar los excedentes de producción y de comercio que llegan al palacio. Son sociedades redistributivas, es decir solo hay una dirección, desde el rey al resto de la sociedad. Hay dos sectores, el estatal y el privado, aunque este último con una difícil exposición a la propiedad privada ya que en teoría la ciudad y sus tierras pertenecían a los dioses y por lo tanto no eran objeto de compra y venta, aunque siempre existieron formas muy parecidas a la propiedad privada como la cesión perpetua de tierras y otras formas cínicas de propiedad -como por ejemplo los bitum-. Así, el ciclo que primó fue el ciclo estatal que reunía toda la producción de los súbditos y que conforme fueron pasando los siglos se fue convirtiendo en un auténtico conglomerado burocrático que se ocupaba de la recolección de impuestos, reparto de raciones, cesión de tierras, tramos de ríos, etcétera. Por otro lado, se sabe que en el III Milenio existieron grandes rivalidades entre el poder del palacio y el poder de los templos aunque ya a partir del II Milenio se acabarán por imponer el rey y el palacio.
Las características principales de la economía en las sociedades del POA es que son abrumadoramente agropecuarias, con actividades complementarias como el comercio y la artesanía. Hay una gran debilidad técnica, con escasos rendimientos de las tierras, poca especialización y un pobre mecanismo. La gran masa de la población es incapaz de acumular excedentes con este sistema económico, y los pocos que se obtenían iban directamente destinados al palacio y a los templos. Esto no quiere decir que no hubiera intercambio entre la población, los había, pero ni mucho menos de gran magnitud, pues el comercio a gran escala si que era controlado por las autoridades estatales. En este sentido, el máximo exponente del comercio estatal lo ejemplifican los «karum» o colonias comerciales que desarrollaron los asirios desde principios del II Milenio y que fundamentalmente tenían el objetivo de proteger y asentar el comercio entre Mesopotamia y Anatolia. -el más celebre es Karum de Kanish-. Concretamente eran asentamientos asirios en territorio hitita, un acuerdo coyuntural, para nada eterno, que iban renovando los nuevos monarcas y que se organizaban mediante una especie de asamblea («bit-alim») con un representante que tenía que rendir cuentas al rey asirio y al rey hitita. La dinámica comercial de estos asentamientos era el intercambio de recursos mineros y madera de los cuales estaban interesados los asirios a cambio de manufacturas y productos derivados de la ganadería que interesaban a los hititas, por lo que eran acuerdos que beneficiaban a las dos partes. Todo esto lo sabemos gracias al descubrimiento de tablillas cuneiformes hititas que reflejan estos acuerdos.
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